La Catedral de Burgos es uno de los monumentos más bellos del arte gótico y es, sin duda alguna, la imagen emblemática de la ciudad. Declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1984, la Catedral se comenzó a construir en el año 1221, por orden del rey Fernando III en Santo y en tiempos del Obispo don Mauricio. De clara influencia francesa, se asienta en parte sobre un antiguo templo románico, erigido en el reinado de Alfonso VI.
Si bien la basílica se construyó en su mayor parte en el siglo XIII, durante los siguientes siglos el templo experimentó constantes cambios y ampliaciones, especialmente en los siglos XV y XVI, coincidiendo con una época de gran esplendor de la ciudad burgalesa. Tras un largo período de abandono, su declaración como Patrimonio de la Humanidad supuso un fuerte impulso para realizar unas importantes y necesarias tareas de restauración.
El exterior de la Catedral
En el exterior de la Catedral de Burgos cabe destacar, en primer lugar, la fachada principal, organizada en tres niveles de altura. El primero de ellos, presidido por las puertas que dan acceso a cada una de las naves. El segundo nivel está formado por una estrella de David. La tercera altura está conformada por una galería de reyes, con estatuas del siglo XIII. Sobre esta galería, una inscripción en referencia a la Virgen María, en cuyo honor fue consagrado el templo cristiano.
A ambos lados se sitúan las torres de la Catedral, realizadas por el arquitecto Juan de Colonia a partir de mediados del siglo XV. Las torres están rematadas por hermosas agujas caladas. De esta época son también la Capilla de los Condestables y el cimborrio de bóveda calada (posteriormente reformado en estilo plateresco por Juan de Vallejo).
Uno de los elementos más destacables en el exterior de la Catedral de Burgos es la Puerta del Sarmental, en el lado meridional del crucero. En ella se representa a Cristo rodeado por los cuatro evangelistas en actitud de escribir los Evangelios. Debajo de ellos se sitúan las figuras de los doce apóstoles. En las arquivoltas se muestran imágenes de ángeles, ancianos, etc.
En la fachada principal de la Catedral se sitúa la Galería de los Reyes, situada por encima del rosetón. Bajo estos arcos, se disponen las estatuas de ocho reyes coronados y de gran finura escultórica.
En el interior
El interior de la Catedral muestra algunos elementos de especial interés, como el famoso Papamoscas, una estatua articulada que abre la boca al dar las campanadas de las horas.
También podemos contemplar el sepulcro románico de Mudarra el hermanastro vengador de la muerte de los siete infantes de Lara (trasladado a la catedral desde su emplazamiento original en el monasterio de San Pedro de Arlanza tras su abandono por la desamortización), las sillas labradas del coro, el sepulcro del Obispo Mauricio, la tumba de Cid y su esposa Doña Jimena, la carta de arras del Cid y su cofre.
La Capilla de los Condestables, construída sobre la capilla central de la girola, sustituye a la primitiva capilla gótica dedicada a San Pedro. La nueva capilla fue encargada por los Condestables de Castilla Pedro Fernández de Velasco y Mencía de Mendoza y Figueroa para servir de panteón familiar.
La arquitectura se debe a Simón de Colonia, quien comenzó las obras en 1482. Se trata de una gran construcción que muestra el gótico tardío y la transición del arte gótico al temprano renacentista: Colonia adaptó el solar irregular de la capilla para construir un espacio único cubierto con una bóveda estrellada, octogonal, con su zona central -en torno a la clave principal- calada, de tal modo que entra luz cenital. La obra arquitectónica se completa con la sacristía adyacente, añadida en 1517 por Francisco de Colonia.
Al fondo de la nave del crucero podemos admirar una preciosa escalera dorada cuya finalidad era salvar el desnivel existente entre la nave y la calle Fernán Gonzélez, situada unos ocho metros por encima. De esta manera se permitía el acceso al templo desde dicha calle a través de la Puerta de Coronería. Para que la escalera no invadiera tanto espacio en la nave, se decidió hacerla en tramos.
Obra de Diego de Siloé posee una riqueza cromática e iconográfica sin igual y fue imitada en el Palacio de la Ópera de Paris. Actualmente, la escalera sólo se utiliza en Juevoe y Viernes Santo.
El desnivel en la construcción de la Catedral, debido a la naturaleza del terreno, a las faldas de la loma del Castillo, permitió que los arquitectos diseñaran en el templo dos claustros, el Claustro Alto y el Claustro Bajo. El primero de ellos se comenzó a construir en 1265 por el maestro Enrique y es un lugar de reposo y meditación, donde se encuentran enterrados algunos de los obispos y canónigos que fueron importantes para el templo.
El Claustro Bajo conforma lo que se denomina el Área de interpretación de la Catedral, una serie de estancias y área de exposiciones donde podemos contemplar la evolución de la Catedral desde sus orígenes.