El Monasterio de las Huelgas, en Burgos, es uno de los monasterios cistercienses más importantes de España y el monasterio femenino más influyente de nuestro país.
Mandado construir el el año 1187 por el rey Alfonso VIII y su esposa Doña Leonor, su finalidad sería la de albergar la tumba de los reyes y de sus descendientes, además de ser centro de retiro espiritual para mujeres de la nobleza.
Actualmente el monasterio está ocupado por las monjas cistercienses, quienes se dedican a la oración. Dispone de unas pocas habitaciones para mujeres que soliciten un pequeño retiro espiritual. La edificación pertenece al Patrimonio Nacional y está declarado como Bien de Interés Cultural.
Historia
Situado en unos prados fértiles cercanos al río Arlanzón, el Monasterio de las Huelgas se ubica sobre lo que antiguamente fue un pequeño palacio. Precisamente, la palabra "huelgas" hacía referencia antiguamente a los terrenos más fértiles para las labores agrícolas.
En el año 1187 los reyes Alfonso VIII y su esposa Leonor de Plantagenet ordenaron edificar un monasterio femenino para la orden del Císter. La idea de doña Leonor era crear un lugar donde las mujeres pudieran tener tanto poder de mando y decisión como los hombres. Tanto es así, que la abadesa del convento tenía una independencia casi absoluta: no rendía cuentas ni siquiera a la curia episcopal, sino que lo hacía directamente al papa.
Fue el papa Clemente III quien autorizó la edificación de este monasterio y el que lo consagró. Los reyes de Castilla, por su parte, cedieron los terrenos para ello, además de grandes fincas rústicas sobre las que las monjas cistercienses ejercían su poder e influencia.
La madre abadesa ejercía todo el poder económico y político sobre sus tierras, pudiendo incluso nombrar alcaldes y ejercer justicia en su jurisdicción. Estos privilegios permanecieron intactos hasta el siglo XIX, en que fueron abolidos por el papa Pío IX.
El Monasterio de las Huelgas tuvo gran influencia en la historia de Castilla. Entre sus muros fueron coronados varios reyes, entre ellos Alfonso XI y su hijo Enrique II de Trastámara. También fueron numerosos los varones que fueron armados caballeros, como Fernando III el Santo, Eduardo I de Inglaterra, Alfonso XI, Pedro I de Castilla o Juan II.
Arquitectura
El monasterio cuenta con un recinto fortificado, quedando como recuerdo dos puertas de aquella muralla que lo circundaba. La construcción se realizó en varias fases, añadiéndose edificaciones según se fueron necesitando.
La parte más antigua del monasterio es la del claustro románico, que se conoce por el nombre de las claustrillas. Posteriormente se añadieron la iglesia y el claustro de San Fernando, de estilo gótico, con bóvedas de yeserías mudéjares.
Iglesia
La Iglesia consta de tres naves alargadas, más la nave del crucero, que en este caso tiene un muro de separación con el resto de la iglesia debido a la condición de clausura.